Cuando llegamos a España hace ya más de una década había dos lugares que a Melissa le encantaban esos primeros meses. Uno era el Corte Inglés y el otro era el mercadillo que estaba muy cerca de casa. Todavía recuerdo verla disfrutar de ir a ver la moda europea, en especial en los bolsos… que por cierto son su accesorio favorito. Recuerdo cuando iba a El Corte Inglés, miraba y miraba los bolsos, pero claro, eran súper caros… pero esos mismos bolsos, el mismo estilo y diseño, se encontraban también en el mercadillo y afortunadamente costaban una fracción del precio que en el Corte Inglés. La pregunta que Melissa tenía era… ¿Cómo es que un Prada cuesta 200 euros en el Corte Inglés y 20 Euros en el mercadillo? Pues, ella se dio cuenta después de comprar uno en el mercadillo, aprendió una lección del refranero español… “No es oro todo lo que reluce”. ¿Por qué? Porque esos mismos bolsos no duraron ni una semana… Melissa se dio cuenta que no eran genuinos, no eran verdaderos, no eran “Pradas” de verdad, sino que eran imitaciones baratas.

De la misma manera un ídolo, una deidad falsa, parece un dios, pero no es nada más que una imitación… y podemos decir con toda certeza, que el Dios de la Biblia no es una imitación. Dios no es una imitación barata.  ¿Qué es lo que estamos afirmando cuando decimos que Dios es un Dios verdadero? Me gusta la definición que nos da el teólogo americano Wayne Grudem: “La veracidad de Dios quiere decir que él es el Dios verdadero, y que todo su conocimiento y palabras son a la vez verdad y la norma suprema de la verdad”.[1]

  1. DIOS es verdad

Dios es auténtico. Dios, el Dios que hizo lo cielos y la tierra es un Dios de verdad; Él es el verdadero Dios. Cuando Jesús oró al Padre en Juan 17:3, oró en su oración sacerdotal,  “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” El mismo Jesús afirma que su deseo era que sus discípulos conozcan al único Dios verdadero, al Dios auténtico.

Pablo en 1 Tesalonicenses 1:9 dice, “Pues ellos mismos cuentan acerca de nosotros, de la acogida que tuvimos por parte de vosotros, y de cómo os convertisteis de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero”. En Jeremías 10, el Señor habla por medio del profeta Jeremías y está haciendo un contraste entre los ídolos y el Dios verdadero… en el versículo 10 dice, “Pero el SEÑOR es el Dios verdadero; El es el Dios vivo y el Rey eterno. Ante su enojo tiembla la tierra, y las naciones son impotentes ante su indignación.”

Los ídolos eran imitaciones baratas, pero Yahveh es el Dios verdadero. Los ídolos eran imaginaciones, conjeturas de algo que pecadores habían inventados, pero Dios, es el Dios eterno. Dios es verdad. Dios es sinónimo de verdad.

  1. La palabra de Dios es Verdad

Si Dios es quien inspiró las escrituras, Si Dios fue quién movió a los autores de la Palabra de Dios, y Dios es la mera definición de verdad, entonces la Palabra de Dios es verdad. Mira lo que dice el Salmista en este salmo sobre la verdad de la Palabra de Dios:

Salmo 119:142 Tu justicia es justicia eterna, y tu ley verdad.

Salmo 119:151 Tú estás cerca, SEÑOR, y todos tus mandamientos son verdad.

Salmo 119:160 La suma de tu palabra es verdad, y cada una de tus justas ordenanzas es eterna.

Esto es muy importante porque si Dios no fuera verdad Su palabra no sería verdad, y si su Palabra no fuera verdad, entonces Dios no sería verdad. Entonces, ¿Qué es lo que significa esto para nosotros? ¿Cómo podemos responder a esta doctrina sobre Dios en el Siglo 21? Me gustaría centrarme en 2 respuestas a la Veracidad de Dios.

3. Dios es digno de nuestra adoración:

En un mundo de imitaciones baratas, en un mundo donde la verdad no es objetiva, podemos adorar a Dios porque sabemos que él es verdad. Fíjate lo que dice Jeremías 10

10:6   No hay nadie como tú, oh SEÑOR;

grande eres tú, y grande es tu nombre en poderío.

7  ¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones?

Porque esto se te debe.

Porque entre todos los sabios de las naciones,

y en todos sus reinos,

no hay nadie como tú.

8 Mas ellos a una son torpes y necios

en su enseñanza de vanidades, pues su ídolo es un leño.

9 Plata laminada es traída de Tarsis

y oro de Ufaz,

obra de un artífice y de manos de un orfebre;

su vestido es de violeta y púrpura;

todo ello obra de peritos.

10 Pero el SEÑOR es el Dios verdadero;

El es el Dios vivo y el Rey eterno.

Ante su enojo tiembla la tierra,

y las naciones son impotentes ante su indignación.”

Observamos un contraste asombroso entre los ídolos y el Dios verdadero. El Dios verdadero es el único que es digno de toda la alabanza, toda la adoración. La pregunta para nosotros es ¿adoramos al Dios verdadero? y antes que me digas “¡Claro que sí!”… La pregunta tiene que ver más que con nuestra adoración y admiración por Quien es Dios. ¿Vivimos nuestras vidas en adoración, agradecidos por Su Verdad y por Quién es Él? Recordemos, ¡Dios es verdad!

  1. Dios es digno de nuestra confianza:

Cuando observamos que Dios no solamente ES verdad, sino que también cada cosa en su Palabra es verdad, eso nos lleva a confiar en Él. Sin la verdad de Dios no hay certeza en esta vida, no podemos confiar en nadie, y esto nos tiene que motivar a confiar en el Único que es verdad y dice la verdad. Piensa en ello, mientras el mundo miente, Dios no miente. Todo lo que dice Dios en Su Palabra es verdad porque Dios mismo es verdad. Por lo tanto, podemos confiar en Él.

Cuando la palabra de Dios dice que Dios es creador, confiamos en lo que dice Su Palabra. Cuando la Palabra de Dios dice que el hombre es pecador, confiamos en lo que dice Su Palabra. Cuando la Palabra de Dios dice que Cristo es el Hijo de Dios, el Dios hecho carne, confiamos en lo que dice Su palabra. Cuando la palabra de Dios dice que Dios perdona a pecadores como nosotros, confiamos en lo que dice Su palabra. Entonces el hecho que Dios es verdad y verdadero nos lleva a confiar en él.

Adoramos al Dios verdadero porque podemos confiar en Su Palabra y Su Palabra es Verdad.

 


[1] Wayne Grudem, Teología Sistemática, 200.

Gustavo Pidal

Autor Gustavo Pidal

Fue decano de estudiantes del Seminario Berea durante más de una década. En la actualidad sirve como pastor en la Iglesia Faith Bible Church (California, Estados Unidos)

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