El fundador de la archiconocida empresa de sistemas operativos “Microsoft”, Bill Gates, además de ser una de las personas más ricas del mundo, también es un hombre destacado por su filantropismo. Por medio de su fundación, Bill Gates ha aportado miles de millones de dólares para, entre otros, investigar y avanzar en la vacuna del COVID-19, o para la erradicación de la malaria.
Así, hace unos meses, un artículo de una conocida publicación loaba tal filantropismo expresando el “Compromiso de Colaboración Extrema” de Bill Gates y su fundación.
Sin entrar en las motivaciones por las cuales este multimillonario aporta tanto dinero, lo cierto es que sus esfuerzos son loables, ¿verdad? Este hombre podría usar toda su riqueza e inversiones para sus propios fines personales, pero usa una parte para luchar contra estas enfermedades. Aún como inconverso, él ha adquirido este “compromiso de colaboración” con la sociedad, y esto no es otra cosa que una muestra de la gracia común del Señor con el no-creyente.
De colaboración, precisamente es de lo que habla el Apóstol Juan con un creyente llamado Gayo en su tercera carta. Aunque en este caso, su compromiso es el de colaborar en algo más importante si cabe que la cura de una enfermedad, hablamos de la extensión del evangelio. Nuestro Señor ha diseñado en su soberana voluntad que el instrumento de salvación del pecado del hombre sea la proclamación del evangelio. Estas Buenas Noticias son presentadas por creyentes miembros de sus iglesias locales. Así, es desde nuestras iglesias que nosotros, cristianos, somos llamados a colaborar en el esfuerzo evangelístico y el establecimiento de iglesias bíblicas en nuestro país, y más allá…
Bajo este prisma, quisiera contestar brevemente a la siguiente pregunta: ¿Cómo puedo crecer en mi compromiso de colaborar en la extensión del Evangelio? El texto en 3ª Juan nos da dos respuestas a esta pregunta.
La primera respuesta quizá te va a sorprender: Anda en la verdad. Los vv. 3-4 dicen: me alegré mucho cuando algunos hermanos vinieron y dieron testimonio de tu verdad, esto es, de cómo andas en la verdad. No tengo mayor gozo que éste: oír que mis hijos andan en la verdad.
Así es. Juan no le dice a Gayo de buenas a primeras: “¿quieres colaborar en la plantación de iglesias? ¿En la extensión del evangelio en Asia Menor? No. Juan primero se ha asegurado de que Gayo es un hombre que “anda en la verdad”, es decir, que vive conforme a la voluntad de Dios. Que tiene un testimonio sólido que otros alaban. Las palabras de Juan expresan la realidad de un creyente que se esfuerza por obedecer al Señor. Y ¿cuál es la consecuencia? Amor por Dios y su misión de extender el Evangelio.
Si quieres adquirir un compromiso de colaboración en la extensión del evangelio, primero e indudablemente tu compromiso ha de ser con Cristo. Compromiso diario. Perseverancia. Admiración por Él. Obediencia a su Palabra. En definitiva: “andar [presente continuo] en la verdad”. Esto traerá como consecuencia un creciente amor por lo que Dios ama. Y en este contexto estamos hablando de nuevas y más iglesias. De una mayor y un mayor celo por la evangelización. Pero todo comienza por tu devoción diaria a Él.
Este el corazón del asunto. Esta es la motivación. Y Juan empieza por aquí porque sabe que el “por qué” es fundamental. Sin una correcta motivación, uno podría interesarse por la plantación de iglesias y la evangelización por un tiempo, pero si el Señor no es tu motivación, pronto te cansarás, pronto buscarás otros intereses, ¡aún dentro de la iglesia! Pero conocer más y obedecer más a quién dijo: “id y haced discípulos” te va a llevar a crecer en tu compromiso con Su misión.
Esto nos lleva a una segunda respuesta a nuestra pregunta:
Actúa en pro de la verdad.
Juan continúa su carta a Gayo, vv. 5-6:
Amado, estás obrando fielmente en lo que haces por los hermanos, y sobre todo cuando se trata de extraños; pues ellos dan testimonio de tu amor ante la iglesia. Harás bien en ayudarles a proseguir su viaje de una manera digna de Dios.
Al crecer en tu amor por el Señor y su Palabra, esto indudablemente va a traer buenas obras. Juan sabe lo que Gayo hace, y aún así no duda en animarle a perseverar en ello.
Gayo abría su puerta a pastores, predicadores, misioneros que iban por toda Asia Menor. Gayo era hospitalario con quienes se negaban a ir a los tugurios que eran los “hoteles” de la época. Él caracterizaba por actuar de una manera práctica que surgía de su andar en la verdad.
Para Juan, tal actuar es “obrar fielmente”. Es obrar con fidelidad a la esencia del amor cristiano, con fidelidad al mensaje de Cristo de hacer discípulos. Este es el sello de un creyente que tiene un verdadero compromiso de colaboración con la misión que Señor ha dado a la iglesia de extender el mensaje de Salvación. Por tanto, estas son las respuestas a la pregunta ¿cómo colaborar en la extensión del Evangelio?
- Anda en la verdad. Vive con devoción al Señor y Su Palabra diariamente. Que Él sea la “chispa” que inicie el motor de tus convicciones bíblicas.
- Actúa en pro de la verdad. El “cómo” tienes que aplicarlo tú en tu contexto eclesial: ora, ofrenda, sé agradecido con aquellos que predican la palabra con fidelidad; anima a los pastores y misioneros que tu iglesia apoya; comparte la visión bíblica de apoyar las misiones; ora por más iglesias bíblicas en nuestro país; y ora que, quizá, en la voluntad de Dios, ¡tú seas uno de los que salga a plantar! Por tanto: anda y actúa.
No somos colaboradores debido a nuestra filantropía. Plantar iglesias y hacer discípulos no es una opción, sino un mandato que, al obedecerlo gozosamente exaltará al Señor de la misión, pues es por Él y para Él por quien queremos adquirir un mayor compromiso de colaboración.