Según la Agencia Estatal de Meteorología, Aragón, Cataluña y la Comunidad Valenciana cuentan con una media superior a 30 días de tormenta al año. Pero existen otro tipo de tormentas en la vida: enfermedades, muerte de seres queridos, accidentes, pandemias, inestabilidad laboral, situaciones familiares complicadas, abusos, familias desestructuradas, injusticias que pueden ser de cualquier tipo y color, así como muchos otros ejemplos. Sin embargo, lo importante no es la tormenta, sino en tu respuesta frente a la tormenta. ¿Quién es tu refugio frente a la tormenta? Esta es la pregunta que voy a responder con principios que surgen del Salmo 30, con la intención de ayudarte, animarte y orientarte en medio de la tormenta de la vida que estés pasando. David escribe el Salmo 30 para guiarte al REFUGIO REAL en cualquier tormenta de la vida. David presenta en primer lugar el refugio equivocado (vv. 1-9), y finaliza en el refugio real (vv. 10-12)
El Refugio Equivocado (vv. 1-9)
Las consecuencias de buscar refugio en el lugar equivocado son desastrosas. Un árbol es el refugio equivocado para la tormenta, porque por su humedad y verticalidad aumenta la intensidad del campo eléctrico. Y David, en el Salmo 30 comienza bien, especialmente en los cinco primeros versículos, donde parece que acude al refugio correcto. David comienza el salmo con la intención de ensalzar al Señor y da tres razones que están precedidas por un “Oh Señor” (v. 1, 2 y 3). La primera, v. 1: “porque… me has elevado”. La idea de David es que me has librado de la muerte. La segunda, v. 2: “porque… a ti pedí auxilio y me sanaste”. En otras palabras, te pedí auxilio y me sanaste, es decir, TÚ, y solo tú, este es el énfasis de David, me sanaste. La tercera contiene varios motivos. V. 3: “porque… has sacado mi alma del Seol”. Literalmente dice: “Tú has sacado mi alma del Seol”. En la segunda parte, David incide en que Dios le ha salvado de su destino en el Seol: “me has guardado con vida (v. 3b)”. En otras palabras, me has sacado del Seol para darme vida. Por eso, concluye David con la tercera parte: “para que no descienda al sepulcro (v. 3c)”.
Nada que reprochar a David hasta ahora, porque incluso jalea al pueblo (vv. 4-5) para que alabe a Dios. Hasta aquí, David ha escogido correctamente su refugio para las tormentas de la vida. ¿Dónde reside, entonces, su error? En el v. 6, David se acoge al refugio equivocado: “Y en mi prosperidad yo dije: Jamás seré conmovido”. David afirma que yo, yo mismo dije en mi descanso ininterrumpido, en mi paz, que no seré nunca conmovido. David se olvidó de los cinco primeros versículos, y afirmó que su refugio estaba construido sobre él mismo. Pero Dios le demuestra que su refugio es el equivocado (vv. 7-8). Si mi seguridad no está en ti, entonces el original dice: me desmayé… sin ti, no soy nada ni nadie (v. 7). Y en el v. 8, donde David comprende finalmente, que está en el refugio equivocado. David ha demostrado las consecuencias de escoger el refugio equivocado son fatales, por eso, en la segunda parte del Salmo 30, David te apunta al refugio real (vv. 10-12).
El Refugio Real (vv. 10-12)
Y David abre esta sección (v. 10) con un contraste enorme frente a los versículos 5 y 7, porque clama al Señor: préstame atención Señor, muéstrate tu favor, muéstrame tu piedad, Oh Señor, socórreme. Y en el v. 11 expresa los motivos: En tu soberanía, en tu poder sobre toda la historia, has tenido a bien cambiar mi lamento en adoración, en baile, dentro del contexto de adoración. La intervención de Dios me lleva del cilicio (vestirse de pelo de cabra y llenarse el cabello de cenizas) a ser vestido con “alegría” basada en las obras y acciones de salvación de Dios. Dios ha llevado a David de un extremo de donde no podía salir, al extremo contrario donde no podía llegar.
Y ahora, cuando David está en el Refugio Real, lo que anteriormente pedía para el pueblo (v. 4) no duda en aplicárselo a si mismo (v. 12): Cantad, es decir, haced música en el contexto de adorarte a ti, al Señor. Y hacedlo, vosotros sus santos. Y alabad, es decir, David utiliza el mismo verbo con el que termina el salmo “te alabaré por siempre” (v. 12b). La idea no es simplemente load, sino dad gracias, reconoced su obra, su grandeza. David no puede permanecer callado por más tiempo. El Refugio Real le conduce a la alabanza. El resultado de disfrutar del Refugio Real es la ALABANZA. Solo el que conoce a Dios, como su refugio real, puede alabar a Dios. Todo lo demás, no son más que intentos armoniosos de hilvanar notas musicales.
La brontofobia es el temor a las tormentas. Si no eres su hijo, no puedes disfrutar de su refugio. Recuerda que Cristo es el camino a Dios Padre, y no hay otro medio de salvación fuera de la fe en Cristo. Busca a Cristo en su Palabra, y una vez que te haya salvado, cualquier tormenta presente no será más que el recuerdo de una mala noche en comparación con la eternidad junto a Dios. Juan recoge esta idea de manera magistral en Apocalipsis 21:4. ¿Quién es tu refugio frente a las tormentas? Solo DIOS es el REFUGIO REAL.