“Génesis es el libro más importante de la Biblia.” Así es como comienza el Dr. Evis L. Carballosa la introducción a su comentario del Génesis. Algunos podrían pensar que es una manera de captar la atención del lector. Otros podrían decir que es una inofensiva exageración para enfatizar la importancia del libro. Pero Carballosa no parece estar haciendo nada de esto. Parece bastante convencido de que el primer libro de la Biblia es el primero en importancia también. Eso no quiere decir que los demás libros son menos importantes, o que son irrelevantes. Lo cierto es que ningún libro de la Biblia es prescindible si somos fieles a lo que las Escrituras dicen de sí mismas. Pero, como explica el Dr. Paul Twiss, profesor de Antiguo Testamento en el Seminario Masters: “El libro del Génesis narra el principio de todas las cosas, el comienzo de la historia redentora y, en concreto, el comienzo de la búsqueda de un Salvador.”
Esto es lo que determina su importancia, y es también lo que determina nuestra manera de leer el Génesis. Porque el problema con este libro es la manera en que nos acercamos a él, y las expectativas erróneas que tenemos, que el libro no satisface. No es un libro de historia. Pero así es como muchos lo leen, esperando encontrar todo detalle de como comenzaron todas las cosas, quedándose insatisfechos con su lectura, y por lo tanto, cayendo en el grave error de tratar de “llenar los huecos”, cayendo así en la maldición bíblica por añadir a la revelación divina. Y lo que se añade es lo que surge de la sabiduría humana, lo que se ha teorizado y lo que se ha propuesto, desde mentes que, de manera infame, esconden su motivación de dar explicación a todas las cosas sin un Creador de todas las cosas, para que nadie tenga que dar cuenta de sus cosas ante nadie.
El problema con este libro es también el acercamiento menos malicioso pero igual de equivocado, de leer narrativa del Antiguo Testamento como si fuera una carta del Nuevo Testamento, es decir, tratando de encontrar principios y mandatos escritos en un formato de explicación y exhortación, en vez de respetar el contexto literario, que determina la manera de encontrar esos principios y mandatos, expuestos en la manera en que el narrador presenta a Dios en su relación con Sus criaturas, y en relación con la promesa de uno que vendría de la simiente de la mujer, para ser el Salvador, protagonista de la historia redentora. El error también de ignorar el contexto histórico en el que Génesis fue escrito, bajo el pacto Mosaico, y con el establecimiento del pacto Noético y el pacto Abrahámico, y cuál es su relación con el nuevo pacto bajo el que estamos los creyentes hoy en día.
No podemos leer el libro más importante de la Biblia sin entender bien su propósito y su contexto. Y, desde luego, no podemos determinar qué pasajes de Génesis son la verdad, y cuáles son mitos o leyendas. Así es como la iglesia hoy vive tiempos de tremenda debilidad e ignorancia, predicando un Evangelio superficial y humanista, y sucumbiendo ante teorías pseudo científicas, que tratan de explicar el mundo y la historia sin Dios, porque no quieren honrar a Dios. No quieren reconocer la existencia y la soberanía de Dios, como sabiamente señaló el dr. R. C. Sproul: “Para argumentar que el universo vino a la existencia por sí mismo, de la nada, tienes que dejar de pensar lógicamente.” Y es que la ecuación: Nadie + Nada = Todo, es totalmente absurda. Alejada de todo pensamiento lógico. Sin embargo, la ecuación que el libro más importante de la Biblia nos presenta: Dios + Nada = Todo, es, no solo perfectamente lógica, sino absolutamente determinante. Por eso, en este artículo quisiera mencionar tres razones por las que estudiar el libro de Génesis hoy, con el propósito de animarte a estudiar este libro, de la manera correcta, según Dios mismo lo estableció.
¿Por qué estudiar el libro de Génesis hoy? Primero, porque revela el carácter de Dios. Desde el principio, sin tener que esperar a leer acerca de la interacción entre Dios y Sus criaturas, ya podemos ver de manera clara el carácter de Dios. Podemos ver Su poder creando todas las cosas de manera perfecta, sin necesidad de otros factores. Sin necesidad de procesos evolutivos, que, por cierto, son un engaño sutil. No es posible, por ejemplo, que una célula pueda aumentar su complejidad. Como alguien dijo: “Nada muta hacia arriba.” Esto es lo que descubrió el químico y microbiólogo francés, Louis Pasteur. Así que el poder de Dios nos revela Su capacidad para hacer todas las cosas, sin la ayuda de nadie, y sin la necesidad de ser mejoradas. Lo cual nos muestra Su carácter santo y fiel. Piensa en esto, el relato de la creación en Génesis 1 y 2 tiene el propósito de revelar a un Dios generoso y bueno, que quiere bendecir a Sus criaturas, y especialmente a la corona de Su creación, el ser humano, el hombre y la mujer. Y esto es una muestra de Su carácter benigno. De ahí que el narrador repita el testimonio de como Dios “vio que era bueno”. Y que Dios vio “que era bueno en gran manera”, después de haber creado todas las cosas, incluido el ser humano. Pero quizás, lo más impactante llega cuando vemos en el capítulo 3, en el relato de la mayor decepción de la historia, (decepción en el sentido del engaño de Satanás, y en el sentido de la caída del ser humano), el gran despliegue de la gracia de Dios, acercándose a los que se escondieron de Él, buscando el arrepentimiento de los que se excusaron ante Él, y haciendo la promesa que define el resto de las Escrituras.
Por eso debemos estudiar el libro de Génesis hoy, porque revela el carácter de Dios, y segundo, porque resalta la gracia de Dios. Desde el principio. Desde el primer pecado de la historia, el Dios Creador y soberano se acerca a la criatura desobediente y desafiante, para prometer la venida de un Salvador.
Podríamos hablar mucho más acerca de este libro, y de por qué estudiarlo, pero quisiera mencionar una razón más por las que deberíamos conocerlo profundamente; y es que este libro reafirma la dignidad del ser humano. Ante una sociedad que cree que los seres humanos somos animales evolucionados, y que es normal que nos dejemos llevar por nuestros “instintos”, el libro de Génesis es la prueba de que Dios nos creó a Su imagen y semejanza. Sólo a los seres humanos. Lo cual prueba la realidad de que somos cuerpo y alma, de que existe un ser interior, y de que Dios nos ha creado con una conciencia. Esta conciencia ha sido profundamente afectada por el pecado, por eso Pablo afirma que, antes de conocer a Cristo, estábamos “muertos en nuestros delitos y pecados.”. Esto es muy importante, porque basándose en la falsedad de la evolución, y de la creencia de que somos apenas animales, se han llegado a cometer en este mundo tremendas barbaridades contra la dignidad del ser humano. Y aún se siguen cometiendo a día de hoy.
Así que, con humildad quisiera unirme a la afirmación del Dr. Carballosa cuando dice que el libro de Génesis es el más importante de la Biblia. Y, con este artículo, espero haberte ayudado a comenzar a entender por qué deberías estudiarlo. El Señor Jesucristo, nuestro Salvador, vendría al mundo unos cuarenta siglos después del comienzo de la historia, pero ya en Génesis queda claro que Él es el protagonista de la historia, desde antes de la fundación del mundo, y el Salvador anunciado y prometido desde el comienzo de la historia.