Solamente comportaos de una manera digna del evangelio de Cristo (Filipenses 1:27)

Pablo es el autor de la carta a los Filipenses. Filipo estaba en Macedonia, al norte de la actual Grecia. Y pasó a la historia por ser la primera iglesia establecida en Europa, durante el segundo viaje misionero de Pablo, tal y como relata Lucas en Hechos 16:12-40. Pero Pablo está ahora en Roma, debido a su arresto domiciliario. Y en los dos años de duración (Hec 28:30-31), Pablo aprovecha el tiempo, no solo para predicar a todo el que viniera a verle, sino para escribir cuatro cartas, siendo una de ellas Filipenses (las otras son Efesios, Colosenses y Filemón). ¿Por qué les escribe Pablo una carta? Básicamente, por tres motivos. En primer lugar, la iglesia está bajo el ataque de los maestros falsos. Algo que ocurre endémicamente en el libro de Hechos, y que en el caso de Filipo se manifestó desde su fundación (Hec 16:16-24). En segundo lugar, Pablo les escribe para agradecer tanto sus ofrendas como por enviar a Epafrodito a servirle (4:10-18 y 2:25-26) en su arresto en Roma. En tercer lugar, es una carta con un llamado doble: a vivir el gozo de Cristo, independiente de las circunstancias y a tener una mentalidad acorde con Cristo.

Filipenses 1:27 encapsula la esencia de la carta y es el objeto de este artículo. ¿Qué significa comportarse de “una manera digna del evangelio de Cristo”? El versículo da comienzo a la segunda sección de la carta, que abarca hasta el 2:30, donde Pablo expone a los filipenses que Cristo es nuestro ejemplo. Y no es cualquier ejemplo, ni un ejemplo más, ni un ejemplo de un “pool” donde puedes elegir el que mejor te venga. Pablo comienza destacando que el llamado único de los filipenses es comportarse de una manera digna del evangelio. Y para ello utiliza un adverbio contundente, que no deja dudas: Μόνον [1] – solamente. De esta manera limita la acción del verbo. No hay otra cosa que hacer, salvo lo que el verbo exprese. Pablo altera el orden natural de la frase y coloca en un lugar prominente el adverbio ἀξίως[2] – digna. Este adverbio aparece en seis ocasiones en el Nuevo Testamento y Pablo escribe cinco[3] de ellas en cartas diferentes. Digno, en su origen, se utilizaba para la acción “subir el otro plato de la balanza”, “poner en equilibrio” y, por lo tanto, “ser equivalente”. Y Pablo toma esta expresión para amonestar a lo filipenses exhortándoles a andar, caminar, vivir, comportarse de una manera digna del evangelio de Cristo. En otras palabras, si en un lado de la balanza está el evangelio de Cristo, debes de vivir de una manera digna que equilibre la balanza. No puedes vivir con un peso inferior al del evangelio. Vive de una manera equivalente al evangelio de Cristo.

Pablo incluso explica qué tipo de evangelio es y lo encierra en un absoluto, literalmente: el evangelio de Cristo. Así que es Cristo quien determina su contenido y, así, lo distingue de cualquier legalismo. Pablo no propone una lista larga de reglas a cumplir, sino que pone delante de ellos el evangelio de Cristo, en otras palabras, la misma persona de Cristo. El evangelio de Cristo se basa en quién es Cristo y lo que Cristo ha hecho.

El evangelio de Cristo proclama que Jesús es el Señor exaltado de todo y que este Señor de todo se despojó de sí mismo, se humilló y fue obediente hasta la muerte en una cruz. El evangelio de Cristo proporciona el motivo y el modelo para toda conducta cristiana”.[4]

¿Cómo puedo elevar el otro lado de la balanza? ¿Cómo puedo Comportarme de una manera digna del evangelio? Pablo responde a los Filipenses con la ayuda de palabras importantes. El autor escoge el verbo “comportarse”. Es un verbo enraizado en su origen con la palabra ciudad. Pablo les dice que de la misma manera que se comportan como ciudadanos orgullosos de Filipo, por ser romanos de nacimiento, de la misma manera que cumplen con todas las leyes y ordenanzas cívicas de su ciudad, con el mismo orgullo de pertenencia a Filipos, de esa misma manera, orgullo, obediencia y celo, han de vivir acorde con el evangelio de Cristo.

Y Pablo, además, añade otra capa a “comportaos”, porque se trata de un llamado continuo. Es un imperativo, una orden que deben cumplir ahora y no dejar de hacerlo. Es una orden sin fecha de caducidad. Continuamente comportándote de una manera digna. Y es un acento que Pablo coloca en los hermanos. Es vuestra responsabilidad, al igual que cumplís con orgullo, obediencia, celo y empeño vuestra responsabilidad como ciudadanos de Filipos, con el mismo ímpetu: “comportaos comportándoos de una manera digna del evangelio de Cristo”. Sin duda, el llamado es alto, pero Pablo alude al ejemplo perfecto: Cristo vivió una vida sin pecado. Jesús comenzó su ministerio siendo tentado por el mismo Diablo durante 40 días, y cuando «el diablo había terminado con toda tentación», entonces Jesús pudo comenzar su ministerio público validado como hijo de Dios (Luc. 4:13; 9:35). Jesús es el ejemplo perfecto y superó la prueba agarrándose a la Palabra: “Escrito está”. Un buen ejemplo a seguir.

¿Qué significa comportarse de “una manera digna del evangelio de Cristo”? Conocer, obedecer y vivir la Palabra de Dios para elevar la balanza de tu vida a la altura de Cristo.

 


[1] “μόνος,” BDAG, 659.

https://accordance.bible/link/read/BDAG#15668

[2] “ἀξίως,” BDAG, 94.

https://accordance.bible/link/read/BDAG#6097

[3]  Además de Fil. 1:27 y 3 Juan 1:6, Pablo utiliza este adverbio en Rom. 16:2; Efe. 4:1; Col. 1:10 y 1 Tes 2:12.

[4] G. Walter Hansen, La Carta a los Filipenses, The Pillar New Testament Commentary (Grand Rapids, MI; Nottingham, Inglaterra: William B. Eerdmans Publishing Company, 2009), 93–94.

Daniel Corral

Autor Daniel Corral

Sirve al Señor en una iglesia en Pontevedra y es profesor en el Seminario Berea (León, España).

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