Los cumpleaños suelen ser una fiesta de celebración sin igual, todos, sin excepción, hemos sido tanto los invitados a uno como los anfitriones. Lo cierto es que suelen ser emotivos sobre todo para los más pequeños de la casa, una fiesta en la que se celebra un año más de vida y donde los regalos para el cumpleañero no suelen faltar. Ahora bien, si en algo coincide casi todo el mundo es que la navidad es un tiempo de celebración, y, en el mejor de los casos alguien diría que es el cumpleaños de Jesús. Un tiempo para celebrar y festejar en familia reuniéndonos alrededor de la mesa. Pero la pregunta vital es: ¿Qué razones tenemos para celebrar la navidad?

  1. Nos recuerda la deidad de Cristo

“En el principio existía el Verbo[…] y el Verbo era Dios” [Jn. 1.1] muchos tienen en sus retinas la imagen del niño de Belén en un pesebre, y aunque es cierto que Jesús nació así, esto no quita la realidad de que ese niñito era el mismo Dios, el apóstol Pablo dice que “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” [Col. 1.15] la palabra imagen aquí hace alusión a la réplica exacta de Dios, algo que Jesús mismo declaró: “…El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” [Jn. 14.9] De modo que Jesús no vino a esta tierra simplemente en calidad de representante de Dios, sino que era Dios mismo, Pablo no puede ser más explícito cuando afirma: «Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en Él» [Col. 2.9] Algo que ya fue profetizado unos setecientos años atrás por Isaías al anunciar a este niño que nacería con el título de “…Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” [Is.9.6].

  1. Nos recuerda la encarnación de Cristo

Cuando comprendemos que Jesús es Dios, entonces estamos capacitados para enfocarnos en Su humillación al humanarse [Fil. 2.8-11]. No son muchos los momentos que tomamos tiempo para reflexionar en la encarnación de Cristo, aún como hijos de Dios regenerados tendemos a no observar con asombro y celebración está realidad, Jesús no vino a esta tierra siendo mitad hombre y mitad Dios, o cualquiera idea errada en esa misma dirección, sino que vino a esta tierra completamente hombre y plenamente Dios, Pablo dice que el hecho de ser «igual a Dios» no fue motivo al cual aferrarse [Fil. 2.6] sino que «…se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres» [Fil. 2.7]. La palabra «forma» es un verbo que alude a naturaleza, y “semejante” apunta a la imagen o ser igual a. Lo que Pablo está diciendo es que Jesús adquirió la misma naturaleza de un hombre, sin dejar de ser Dios. En navidad podemos celebrar con gozo que Jesús nos dio el privilegio de conocer a Dios encarnado Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer” [Jn. 1.18].

  1. Nos recuerda la Luz de Cristo

Si de algo carece este mundo es de una luz verdadera que de dirección adecuada, pero que gozo es saber que esa luz ya vino a este mundo, Juan afirma que “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” [Jn. 1.4] Él es “…la luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre” [Jn. 1.9] Jesús en su ministerio en esta tierra dijo que Él mismo era «la luz del mundo» [Jn. 8.12] por eso todo aquel “…que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” [Jn. 8.12] ¿Puede haber un motivo mas gozoso de celebración para esta navidad? Las tinieblas representan una vida oscura de pecado alejada de Dios, pero quien tiene a Cristo tiene la luz de la vida, de modo que celebramos que nos “…llamó de las tinieblas a su luz admirable” [1 Ped. 2.9]

  1. Nos recuerda la santidad de Cristo

La Navidad también es un momento donde recordar la santidad de Jesús, porque esta hace de los creyentes un “…real sacerdocio, nación santa…” [1 Ped. 2.9] Pedro nos insta a seguir las pisadas de Cristo al citar al profeta Isaías el cual no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en su boca” [1 Ped.  2.22] de modo que en navidad podemos recordar con gozo y alabanza la santidad de Cristo la cual supuso para sus hijos haber sido lavados del pecado y nuestra vana manera de vivir no a cualquier precio “sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo” [1 Ped. 1.19] por tanto esta navidad también es un recordatorio de nuestra imposibilidad para ser tanto salvos como santos si no fuese por medio de la santidad perfecta de Cristo, aun así la Palabra nos exhorta a “…que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” [1 Ped. 1.15]

  1. Nos recuerda la gracia reconciliadora de Cristo

Solo Cristo puede otorgar gracia reconciliadora con Dios padre de forma categórica precisamente fruto de ser el Dios todopoderoso que se humano siendo la perfecta luz de los hombres, quien vivió de forma plenamente santa, pero esto no quedó ahí, sino que llevo a su fin el plan previamente establecido por Dios padre [Hch. 2.23] Jesús cumplió la profecía que hablaba de Él al ser afligido y herido por nuestras rebeliones [Is. 53.4-7].

Por tanto, en estos días de navidad esta es una razón de peso por la cual celebrar que nuestro Señor Jesús descendió a esta tierra en humillación convirtiéndose por medio de su perfecto sacrificio en sumo sacerdote para siempre, sin más necesidad de sacrificios por el pecado “…porque esto lo hizo una vez para siempre, cuando se ofreció a sí mismo.» [Heb. 7.27] que gozo es saber que“…la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo” [Jn. 1.17] Las Escrituras afirman que todos sin excepción pecaron y la condición caída del hombre lo coloca sin acceso a la gloria de Dios [Ro. 3.23] la buena noticia es que somos justificados por la gracia redentora de Cristo [Ro. 3.24] quién fue el sacrificio propiciatorio donde Dios padre vertió toda Su ira [Ro. 3.25] que nosotros merecíamos por nuestro pecado, y ahora por medio de la fe quien se arrepiente de sus pecados y cree en Cristo como su Señor y salvador, Dios le mira a través de Cristo quien se convierte en el que justifica al que tiene fe en Jesús [Ro. 3.26; 2 Cor. 5.21].

  1. Nos recuerda que Cristo regresará con poder para reinar

La profecía sobre Jesús no hace referencia solamente a Emmanuel Dios con nosotros [Is. 7.14] sino que este niño Jesús es el soberano rey que un día regresará “….y su reino no tendrá fin...” [Is. 9.7] para el creyente que ha nacido de nuevo por medio de la sangre preciosa de Cristo hay un rey soberano en el cual descansar, porque Cristo no es solo rey ahora en la vida de sus hijos, sino que además será el rey de reyes por siempre, este también es una razón de peso por la cual celebrar la navidad dado que“El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin…” [Is. 9.7] celebramos que Cristo es tanto sumo sacerdote como rey eterno que un día reinará sobre la tierra donde todo ojo lo verá y toda rodilla se postrará demostrando que puede reinar con justicia y equidad [Is. 32.1] fruto de su perfección santa y soberanía, algo que parece imposible hoy si observamos los gobiernos del mundo, pero el creyente descansa en el regreso de Cristo primero a por su iglesia y después para reinar por la eternidad.

  1. Nos apunta a una alabanza genuina

Sí Cristo es Dios, quién se humano en la persona de Jesús y vivió la vida perfecta que nosotros no podríamos vivir jamás, sí además murió en la cruz en sacrificio por nuestros pecados para satisfacer la ira perfecta y santa de Dios padre [2 Cor. 5.21] sí un día regresará con poder y gloria y nosotros los que creemos en Él como nuestro Señor y salvador estaremos con Él por la eternidad adorando su grandeza ¿Cómo no vivir ahora en adoración y alabanza a este gran salvador? sin duda alguna la navidad es un momento perfecto aunque no único para exaltar a Cristo, su grandeza y gracia para con sus hijos a quienes a redimido del pecado, por tanto sino celebras a Cristo ¿Qué vas a celebrar esta navidad?

“Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” [Jn. 1.14]

 

Samuel García

Autor Samuel García

Samuel García sirve al Señor en la Iglesia evangélica de León y es profesor del Certificado de Estudios Bíblicos en el Seminario Berea.

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