Es común con el comienzo del nuevo año el hacer nuevos propósitos, que en muchos casos caen en el olvido pero que, en otros casos, pueden permanecer en nuestro hábito diario. Entre los propósitos mas comunes encontramos el leer un determinado número de libros, el hacer mas deporte, adelgazar o aprender un idioma, fotografía, cocina… Todos ellos propósitos lícitos que en muchas ocasiones pueden enriquecer nuestro día a día, ya que mejoran nuestra salud, nuestras competencias académicas o nuestras habilidades sociales. Sin embargo, hay un propósito que debe de ser central en la vida del creyente, no solamente al comenzar el año, sino cada año de nuestra vida hasta que Cristo arrebate a la iglesia o nos llame a su presencia.

La Biblia debe de ser el centro de nuestra vida, la Palabra de Dios debe de ser en lo que meditemos cada día, en cada momento y en cada situación. La Palabra de Dios es nuestra máxima autoridad y es la única verdad. Pablo, movido por el Espíritu Santo escribe a su discípulo Timoteo una segunda carta. En este momento Pablo se encontraba arrestado como consecuencia de la persecución a los cristianos por parte del Emperador Nerón.  Como consecuencia de esta persecución, Pablo se encontraba en una celda fría (4:13), en cadenas (2:9) y sin esperanza alguna de ser liberado (4:6). Abandonado por todos aquellos que habían sido cercanos a él como consecuencia de la dura persecución, la cual había provocado que muchos estuviesen en la dispersión (1ª Pedro), otros encarcelados como Pablo y otros llevados al martirio como pronto le iba a suceder a Pablo.

Pablo sabía que el fin estaba cerca, y en esta segunda carta entrega el testigo a Timoteo y le exhorta encarecidamente a permanecer fiel en sus deberes, a retener la sana doctrina, a evitar el error, a poner su confianza en las Escrituras y a predicarla implacablemente. Esta era una prioridad de Pablo: ser guardián de la verdad. Y debe de ser una de las prioridades de nuestra vida en este nuevo año y en cada uno de ellos, así como en la vida de la iglesia, debemos de tener un ardiente deseo por la Escritura y que la Palabra de Dios sea nuestra máxima autoridad en cada uno de los aspectos de nuestra vida. (1ª Pedro 2:2). Pero… ¿Por qué esta recomendación? ¿Por qué este nuevo año debe de estar centrado en la Palabra de Dios, por qué debemos centrar nuestra vida en torno a la Escritura?

En 2ª Timoteo 3:14-17 se nos da la respuesta a estas preguntas:

1.- Importancia de persistir en el estudio de la Biblia (v.14-15)

Pablo quiere alentar a Timoteo a permanecer firme en la Escritura como máxima autoridad, y por ello le recuerda su legado de piedad. La Biblia nos enseña que Timoteo fue educado por su abuela, por su madre y por Pablo, por tanto, es fundamental que invirtamos nuestras vidas en la construcción de hombres y mujeres piadosas que defiendan la verdad de Dios contra los ataques que vengan sobre la Escritura.

De la misma forma, solamente por medio de la Palabra de Dios una persona puede ser arrastrada por el Padre y conocer a Cristo, solo por medio de la Palabra una persona puede crecer en santidad y, por tanto, si la Biblia no es central en nuestra vida, Cristo no va a ser el centro de la misma. (v.15)

Este debe de ser nuestro propósito para este año, estudiar la Biblia de una manera profunda, ser disciplinados con su lectura y meditar en ella porque son muchos los falsos maestros que usados por Satanás quieren quitarle valor, señalar que está pasada de tiempo, o bien quitar la autoridad que ésta tiene relegando la misma a un segundo plano.

Esto es persistir en la Palabra de Dios, esto es lo que exhorta Pablo a Timoteo en este versículo 14 y esta debe de ser la prioridad de cada uno de nosotros, en cada una de nuestras familias, así como en cada una de nuestras iglesias. 

  1. La razón por la que debemos de persistir en el estudio de la Biblia (v. 16)

Pablo le señala a Timoteo que toda la Palabra es exhalada por Dios, es decir es dada por Dios y no por voluntad humana, sino que Dios movió a los escritores a escribir su Palabra (2ª Pedro 1:21), por tanto, podemos afirmar de forma categórica que la Biblia es la Palabra de Dios.  Esto nos lleva a afirmar que negar la inspiración de la Biblia es negar a Dios, señalar que la Biblia tiene errores es señalar que Dios comete errores y que, por tanto, no es santo y de la misma forma negar que la Biblia es inspirada es negar a Cristo y su muerte en la cruz. Dios se identifica tanto con su Palabra que cada vez que hablan las Escrituras Dios es el que habla.

La Biblia es nuestra máxima autoridad siendo suficiente y útil para todas las áreas de nuestra vida. Si en este nuevo año tienes un problema acude a la Biblia, si tienes que tomar una decisión acude a la Biblia porque la Biblia es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, y finalmente la Biblia es útil para hacernos crecer en santidad.

  1. La finalidad de persistir en el estudio de la Palabra (V.17)

La finalidad es que el creyente sea perfecto para realizar toda obra. El único medio por el que podemos estar enteramente equipados es la Palabra y la finalidad de ésta es hacernos perfectos.

Esta palabra, perfectos lo dice todo, cualquier persona y cuanto mas cualquier creyente, debe de aspirar a esto, sin duda, es la mejor meta que podemos alcanzar, es el mejor propósito que nos podemos proponer, que la Palabra sea central en nuestra vida porque como consecuencia de ésta vamos a ser perfectos en Cristo.

¿Qué más razón que ésta? ¿Necesitas mas razones para decidir estudiar la Biblia?

Samuel Heredia

Autor Samuel Heredia

Graduado del seminario Berea (León, España) y es anciano en la Iglesia evangélica de Bailén.

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