The devil is in the details”. Esta es una expresión idiomática muy extendida en el mundo anglosajón, especialmente en el sector de la banca y en el jurídico, especialmente entre los abogados. La traducción literal es: “el diablo está en los detalles”. Pero el significado no apunta a que el banco busca engañarte con la letra pequeña, o a que los abogados utilicen su léxico legal para engañarte. Al contrario, esta expresión apunta a que debes prestar atención en cada fase de tu proyecto. Normalmente nadie se equivoca con los números grandes, pero es más fácil pasar por encima o bajar la guardia en número menores. Incluso el proyecto más grande depende del éxito de los componentes más pequeños. La moraleja detrás de esta expresión es: presta atención a todos los detalles.

Y Lucas es el rey de los detalles en el relato del evangelio. El objetivo de este artículo es animarte a leer el evangelio de Lucas, tanto en su primera parte, como en la segunda (el libro de Hechos de los Apóstoles), para que comprendas el evangelio de Cristo y seas salvado. Y ya eres salvo, para que prediques el mismo evangelio que Jesús predicó y que Pedro predicó y que Pablo predicó. Para animarte a leer Lucas y Hechos, quiero presentarte una división de ambos libros y después explicarte las características que hacen especial a Lucas y Hechos, para que leas con atención estos dos libros.

En primer lugar, la división más sencilla del Evangelio narrado por Lucas (año 60) sería seguir el mismo patrón geográfico que vertebra el evangelio:

  • El nacimiento del Hijo del Hombre (Cap. 1-3)
  • Ministerio en Galilea – Norte de Israel (Cap. 4:1-9:50)
  • Viaje a Jerusalén – situada al sur de Israel (Cap. 9:51-19:27)
  • La Semana de Pasión en Jerusalén (Cap. 19:28-23:56)
  • Consumación del ministerio del Hijo del Hombre (Cap. 24)

En Hechos (año 60-62), Lucas describe el progreso del evangelio. Se puede dividir utilizando el enfoque geográfico, al igual que en Lucas, resultando así: testigos en Jerusalén (Cap. 1-7); testigos en Judea y Samaria (Cap. 8-12); testigos hasta el final de la tierra (Cap. 13-28). El predicador norteamericano Dr. Steve Lawson defiende que el libro de Hechos debería llamarse: “las predicaciones de los apóstoles”, puesto que, en los 28 capítulos del libro, existen 19 sermones o defensas (8 de Pedro; 1 de Santiago; 1 de Esteban y 9 de Pablo). Si analizas los versículos de Hechos verás que el 25% del libro es un sermón, es decir, 1/4 versículos forma parte de un sermón o defensa.

Personalmente, prefiero que veas Hechos como una defensa del evangelio y del apostolado de Pablo. Lucas defiende que Pablo es tan Apóstol como lo es Pedro. Para defender a Pablo, Lucas divide Hechos en dos partes que son perfectamente paralelas y simétricas, con el cap. 12 actuando como bisagra. El evangelio avanza porque el mensaje no varía. El Evangelio no debe ser adaptado, sino predicado, vivido y obedecido. El mensaje del evangelio no te pertenece. Es el evangelio de Cristo. Y Lucas logra plasmar esta cadencia al ver la unidad temática en Lucas y Hechos, porque el Evangelio predicado por Jesús (en Lucas), es el mismo evangelio predicado por Pedro (Hec 1-12) y por Pablo (Hechos 13-28).

En segundo lugar, después de haber visto la división, este artículo busca que leas Lucas, porque te apunta a CRISTO para salvación, porque te va a enseñar cómo vivir en este mundo siguiendo el ejemplo de CRISTO, porque te va a llevar a alabar a Dios y a Cristo al ver como se desarrolla del plan de redención del Padre y del Hijo, y finalmente, porque te apunta a la eternidad.

Hay detalles secundarios que también te animan a leer Lucas. Por un lado, Lucas es el autor más prolífico en versículos del Nuevo Testamento (NT): 1 de cada 5 capítulos del NT y 1 de cada 4 versículos del NT, son escritos por Lucas, tanto en el evangelio como en el libro de Hechos. Lucas es el autor que ostenta el récord de capítulos y versículos escritos en el NT. Pablo escribió más cartas, pero Lucas escribe más capítulos y versículos que cualquier otro autor. Y la óptica de Lucas, al escribir a un destinatario gentil, tanto el evangelio como Hechos, es útil para los lectores del siglo XXI. Los evangelios se dividen en dos grupos: por un lado, los sinópticos: Mateo (50 d.C.) busca convencer a los judíos que Jesús es el Rey esperado, el Mesías. Marcos (55) busca explicara los gentiles, sobre todo romanos, que Jesús es el Siervo. Lucas (60) escribe este relato del evangelio para demostrar que Jesús es la única respuesta para el hombre. De hecho, es el título que más se repite en el evangelio: Hijo de Hombre, hasta 26 ocasiones. Escribe a gentiles, de trasfondo griego. Fuera de los sinópticos, Juan (80-90), quiere demostrar que Jesús es el Señor, el Hijo de Dios – menos detalles, al punto. Y nos “introduce” con los apóstoles, en su intimidad y conversaciones con Jesús.

Lee Lucas, porque contiene el mensaje del evangelio que necesitas para salvación y que necesitas predicar. Pablo lo tenía claro:

1 Cor 1:22 Porque en verdad los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles; 24 mas para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios.

Presta atención a los detalles del evangelio, como hacen los empleados de banca y los abogados diligentes, porque es el evangelio de Cristo exclusivamente el que trae las bendiciones prometidas del pasado, al presente, garantizando un futuro eterno. La justificación, la santificación y la glorificación eternas están incluidas en el evangelio de Cristo. Lee Lucas (y Hechos 😉).