Las líneas que solemos ver a los lados de las carreteras o autopistas tienen una función mucho más importante de la que a simple vista nos parece, en realidad no sirven solo para delimitar los carriles por donde circular los vehículos, sino que son varias las bondades que poseen, entre las cuales se encuentran, proveer de una visión reflectante a la vista del conductor para los días más oscuros, además su pintura es antideslizante, y por si fuera poco están provistas para actuar como advertencia acústica por medio de unos tacos los cuales hacen vibrar las ruedas para que el conductor del vehículo pueda corregir la trayectoria y así evitar un accidente al salirse del camino marcado.

De igual modo, cuando nos acercamos a la Palabra de Dios debemos estar seguros de hacerlo por el sendero adecuado, ya que no todos los caminos en este caso llegan a Roma, Dios reveló Su Palabra por medio del lenguaje común [2 Tim.3.16, 17; 2 Ped.1.19-21] de modo que todo aquél que sepa leer la pueda entender, ahora bien, esto no significa que no existan líneas sonoras que delimiten el camino a la interpretación, y es aquí donde entra en juego la hermenéutica que no es otra cosa que “la ciencia de la interpretación bíblica”, la cual nos provee de cinco líneas sonoras que determinan el camino correcto con el propósito de mantener nuestra interpretación sobre raíles.

 

  1. La intención del autor

A simple vista parece una verdad de perogrullo, pero necesaria a respetar y practicar en medio de la cultura relativista en la cual vivimos, la hermenéutica provee las herramientas adecuadas al estudiante bíblico para que en su proceso interpretativo respete la intención original del autor [que es Dios mismo, 2 Tim.3.16, 17] moviendo a hombres a escribir la Palabra más segura [2 Ped.1.19-21] el exegeta debe tener en cuenta cuales fueron los motivos por los cuales escribió el autor el libro, carta…, si existe exhortación, ánimo…, bajo esta intención subyace el contexto socio cultural que los propios receptores vivían y que arrojan luz para entender la verdad espiritual y poder aplicarla a nosotros hoy día.

 

  1. El significado original de las palabras

En este caso la hermenéutica se sirve de la exégesis [sacar del texto] no debemos olvidar que la Biblia fue escrita principalmente en hebreo y griego, por lo que sería una osadía no prestar atención a los idiomas originales, la exégesis arroja luz y dirección al respecto, por medio del estudio de las palabras en su original, el exegeta podrá servirse de diccionarios desde el original para así entender no solo el significado sino también el uso específico de esa palabra en la cultura dando sentido al texto en su contexto, dicho significado original una vez más nos mantendrá en el camino correcto de la interpretación y aplicación bíblicas.

 

  1. Contextos [ampliando el objetivo]

A menudo obviamos que el versículo que estamos leyendo se encuentra dentro de un párrafo qu a su vez, está dentro de una carta [en la inmensa mayoría del Nuevo Testamento] por lo que no debemos disociar un texto de su contexto, para esto también la hermenéutica provee de las herramientas adecuadas para no salirnos del camino cometiendo eiségesis [meter dentro del texto nuestra ideas preconcebidas] el exegeta deberá prestar atención a la intención principal del libro o la carta y ver cómo encaja el párrafo que tiene delante dentro de un marco mayor [contexto amplio] y un marco más cercano [contexto inmediato] deberá prestar atención a las exhortaciones, imperativos, cambios de tono del autor, marcadores de énfasis y conjunciones que se repitan [P. Ej. “amados míos…, y…, pero…, de modo que…]  y que por regla general proveen un nexo de unión entre contextos y temas inmediatos, todo esto deberá ser observado a detalle por el estudiante bíblico para encontrar con claridad el flujo natural y original del autor.

 

  1. Enmarcado doctrinal

Otra línea sonora que provee la hermenéutica y que mantiene nuestra interpretación sobre raíles es tener presente que cualquier verdad bíblica, aun una sola frase, está dentro de un enmarcado doctrinal, por ejemplo cuando leemos en Romanos 12.2 “Y no os adaptéis a este mundo…”, esta declaración de Pablo movido por el Espíritu Santo entra dentro de un enmarcado doctrinal, que en el caso de Romanos tenemos once capítulos con un énfasis doctrinal en el poder del Evangelio y la justificación por la fe, necesaria para que el hombre muerto en sus delitos y pecados pase de estar destituido de la gloria de Dios [Ro.3.23] a vivir a la luz de la justicia perfecta de Cristo [Ro.3.24; 6.1, 2; 8.31, 32] y es a la luz de este flujo de doctrina que Pablo comienza el capítulo doce con un “por consiguiente, hermanos, os ruego…”, por tanto hay un claro enmarcado doctrinal que el exegeta debe respetar si no quiere salirse del camino marcado y la hermenéutica bíblica lo ayuda a respetar el flujo de doctrina que el autor original quería transmitir y así poder extraer los principios bíblicos para vivir la vida cristiana a la luz de la Palabra de Dios.

 

  1. Intención bíblica

La Biblia posee una cosmovisión que apunta de principio a fin a un redentor divino [Gn.3.15] nuestro Señor Jesucristo por medio de quien fue posible nuestra justificación ante nuestra imposibilidad moral a causa del pecado [2 Cor.5.21] en este caso la hermenéutica protege la intención bíblica por completo librándola de interpretaciones erradas o arbitrarias, en otras palabras, no permite al estudiante bíblico llegar a interpretaciones aisladas de la intención bíblica, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, esto no es algo nuevo, nuestro Señor cito el Antiguo Testamento para demostrar este mismo flujo [Mt.5.43-48] aun el propio Pablo o el mismo Pedro dieron credibilidad a la intención bíblica citando el Antiguo Testamento [1 Cor.10.11; 1 Ped.1.16] de modo que, no podemos disociar nuestra interpretación del resto de la visión bíblica llegando a conclusiones aisladas, debemos recordar siempre que no hay nada que debamos añadir ni tampoco quitar [Ap.22.18, 19].

Por tanto, nuestro deber y responsabilidad al acercarnos a la Palabra de Dios para interpretarla es estar seguros de no salirnos del camino marcado, para lo cual como hemos visto la hermenéutica nos provee de cinco líneas sonoras que determinan el camino correcto con el propósito de mantener nuestra interpretación sobre raíles, por lo que, si decides acercarte a la Palabra de Dios para interpretarla asegúrate de no descarrilar y si quieres estar seguro de no hacerlo capacítate por medio de la hermenéutica adecuada de modo que manejes con precisión la Palabra de Dios.

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad”  [2 Timoteo 2.15]

Samuel García

Autor Samuel García

Samuel García sirve al Señor en la Iglesia evangélica de León y es profesor del Certificado de Estudios Bíblicos en el Seminario Berea.

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