Se cuenta sobre San Agustín que un día, mientras caminaba por la playa, estaba meditando sobre la Trinidad cuando se encontró con un niño que intentaba llenar un hoyo en la arena con el agua del mar;  Agustín se acercó y le preguntó qué era lo que estaba haciendo, el niño le contestó: “Estoy intentando vaciar el mar y llenarlo en este agujero”, a lo que el gran doctor de la iglesia le contestó: “Mi niño, eso es algo imposible”; según la historia, el pequeño le dijo: “si tratar de vaciar el mar en este hoyo es imposible, aún más imposible tratar de explicar la Santísima Trinidad”.

No sé si esta historia es totalmente verdad, quizás sea apócrifa, pero sí ilustra lo que vamos a observar en este artículo. Otro atributo olvidado, o más que olvidado es un atributo malentendido, de nuestro Incomparable Dios es su incompresibilidad.

Dios es incompresible.

Esto no quiere decir que no podemos entender nada de Dios. Lo que significa es, como dice el teólogo R.C. Sproul, es que “ningún ser humano tiene la capacidad de entender a Dios exhaustivamente; existe una barrera infranqueable que impide un entendimiento completo y exhaustivo de Dios. Somos seres finitos; Dios es un ser infinito, allí radica el problema. ¿Cómo puede algo que es finito comprender algo que es infinito?”

Romanos 1:19-21 nos dice que Dios se reveló… Sí, se reveló por medio de la creación, esa es su revelación general, pero también lo hizo por medio de Su Palabra, esa es lo que llamamos la revelación especial. Sí, Dios se reveló, pero no lo hizo exhaustivamente. ¿Por qué? Porque Dios es infinito. Juan Calvino utilizó una analogía para explicar cómo Dios se reveló y cómo las Sagradas Escrituras tratan de describir Su esencia. Calvino escribe: “Pues, ¿qué hombre con un poco de entendimiento no comprende que Dios, por así decirlo, balbucea al hablar con nosotros, como las nodrizas con sus niños para igualarse a ellos? Por lo tanto, tales maneras de hablar no manifiestan en absoluto cómo es Dios en sí, sino que se acomodan a nuestra rudeza, para darnos algún conocimiento de Él; ésto la Escritura no puede hacerlo sin ponerse a nuestro nivel, y por lo tanto, muy por debajo de la Majestad de Dios[1].

Lo que dice Calvino es que Dios, en la revelación de Su Persona, simplifica, facilita quién es Él… como un padre o una madre balbucea al hablar con su bebé. Recuerdo cuando mis hijos eran bebés y lloraban por la noche porque necesitaban comer, yo no les preguntaba, “Cael, ¿necesitas sustento para poder crecer?” Cuando Coen era un bebé y lloraba porque necesitaba que le cambien, no le hablábamos de la importancia de aguantarse e ir al baño a los dos meses. Cuando Cian lloraba porque se había lastimado, no le decíamos, “hijo, lo que estás experimentando se llama dolor, y el dolor que estás experimentando es una experiencia sensorial y emocional desagradable que sienten todos los seres vivientes que tiene un sistema nervioso central.” No, lo que hacíamos con nuestros hijos era darles de comer, cambiarles y abrazarlos cuando se habían hecho alguna pupa.

Dios es incompresible y es verdad, si nos hablara de la manera que nos tendría que hablar, ninguno de nosotros podríamos entender, ni comprender quién es Él… ¿por qué? Porque Dios es inescrutable… En el Salmo 145:3 David dice:  “Grande es el SEÑOR, y digno de ser alabado en gran manera; y su grandeza es inescrutable.” Inescrutable quiere decir que no puede ser entendido, que no puede ser averiguado… Dios es tan grande que ninguno de nosotros podemos llegar a comprender la grandeza de quién es Él.

Podemos tratar, pero nunca vamos a poder pasar de los balbuceos porque Dios es incompresible. Job en Job 26:14 dice, “He aquí, estos son los bordes de sus caminos; ¡y cuán leve es la palabra que de Él oímos ! Pero su potente trueno, ¿quién lo puede comprender?” Esta es una manera retórica de decir… lo que oímos es algo leve, lo que oímos de Dios es algo de poca intensidad, comparado a su potente trueno… Pero ¿por qué? Porque NADIE puede comprenderlo.

El apóstol Pablo después de hablar de la salvación, de la justificación, de la santificación, de las promesas de Dios dice en una de sus doxologías más conocidas en Romanos 11:33-36: ¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!  Pues, ¿QUIEN HA CONOCIDO LA MENTE DEL SEÑOR?, ¿O QUIÉN LLEGÓ A SER SU CONSEJERO?, ¿O QUIÉN LE HA DADO A ÉL PRIMERO PARA QUE SE LE TENGA QUE RECOMPENSAR? Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.”

Aquí Pablo está citando uno de mis pasajes favoritos, Isaías 40… dice… ¿Quién ha conocido la mente Yahvé? La respuesta es NADIE… Nadie puede conocer la mente de Dios. Nadie puede conocerle plenamente.  ¿Por qué? Porque Dios es Incompresible.  Isaías, un profeta del Antiguo testamento escribe en el capítulo 55:8-9

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos , ni vuestros caminos mis caminos —declara el SEÑOR.  Porque como los cielos son más altos que la tierra , así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”

Este versículo es el colofón de la incompresibilidad de Dios. Después de hablarles de la Justicia de Dios, del juicio venidero para Judá y las naciones, Isaías deja hablar a Dios y dice, “mis pensamientos, no son vuestros pensamientos” “Mis caminos, no son vuestros caminos”Porque Dios es excelso, Dios es incompresible. Sí, podemos llegar a conocer a Dios, sí, Dios se ha revelado, Pero nunca vamos a llegar a conocerle como Él es en Su plenitud. Entonces, ¿Qué significa este atributo de Dios para ti y para mí?

  1. Dios es incompresible, sé humilde y confía en Él. 

Si nuestro Dios es incompresible, esto tendría que avivar nuestros corazones para ser más humildes. ¿Por qué?  Porque no podemos llegar a entender y comprender la grandeza y majestad de nuestro Dios. Cuando estés pasando por alguna prueba. Cuando estés sufriendo. Cuando no entiendas lo que está sucediendo a tu alrededor, sé humilde y confía en el Dios incomprensible… porque sus “caminos, no son tus caminos” y sus pensamientos, no son tus pensamientos. La humildad también se demuestra en nuestras oraciones. ¿No es así? La oración es una evidencia clara de nuestra humildad y confianza delante del Único que es omnipotente, omnisciente e incompresible.

Hay, aún,  otra implicación para ti y para mí.

  1. Dios es incompresible, pero se ha revelado

Nadie puede conocer la mente de Dios. Nadie puede entenderle completamente. Dios es inescrutable, y al mismo tiempo, se ha revelado. Se ha revelado en la creación;  Romanos dice que los hombres no tienen excusa. Dios se ha revelado por medio de Su Palabra. Y Dios se ha revelado por medio de Cristo. Ese pasaje que nos encanta, Juan 1:18, “ Nadie ha visto jamás a Dios ; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre , Él le ha dado a conocer .”Cristo ha dado a conocer a Dios Padre.  Ahora podemos conocerle,  aunque nunca podremos conocerle plenamente. ¡Qué bendición es saber que como sus hijos podemos conocer a Dios porque Él se ha revelado a nosotros!

La incompresibilidad de Dios en vez de desanimarnos en nuestro caminar diario, tiene que ser de muchísimo ánimo. Porque ese Dios que es excelso, que es incompresible, se ha dado a conocer y nosotros tenemos la herramienta perfecta para conocerle más y más,  Su palabra.

Tratar de explicar a Dios es tratar de vaciar el mar en un pequeño hoyo en la playa, imposible, pero Gracias a Él que podemos ver lo que nos ha dejado ver.


[1] Juan Calvino, “Institución de la Religión Cristiana”, i.13.1, pg. 66.

 

Gustavo Pidal

Autor Gustavo Pidal

Fue decano de estudiantes del Seminario Berea durante más de una década. En la actualidad sirve como pastor en la Iglesia Faith Bible Church (California, Estados Unidos)

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