Varios años atrás, mientras caminaba hacia el colegio con mi hijo mayor, que en ese tiempo tenía cinco años, me dijo: “Dios nos creó porque se sentía solo, ¿verdad?” Recuerdo ese día como si fuera ayer, me sentí fracasado como padre y como maestro de la Biblia. Nuestra conversación se tornó en una discusión teológica, donde le expliqué a mi primogénito la doctrina de la Aseidad de Dios. Cael, después de dos minutos, perdió todo interés en la conversación. Entonces pensé que, frecuentemente, cada uno de nosotros razonamos de la misma manera, aunque no lo digamos en voz alta.

Vivimos en una época antropocéntrica, donde lo que impera son las verdades personales y los sentimientos, no las evidencias. Tristemente, a veces, estamos dispuestos a sacrificar la Verdad en el altar del yo.

Cuando hablamos de los atributos de Dios nos referimos a sus perfecciones, sus cualidades perfectas. Por ejemplo, en su Soberanía, Él controla todo el Universo, incluso hasta la partícula más pequeña del mismo. En su Omnipotencia, que afirma que Dios todo lo puede, no hay nada imposible para Él. Hay muchos libros que nos hablan de quién es Dios y son dignos de leer, pero me gustaría centrarme en uno de los atributos olvidados de Dios, su Aseidad. Porque en los últimos años he visto que muchos creyentes descuidan esta perfección de Dios y la importancia que tiene para nuestra vida espiritual.

Primero la definición: La palabra aseidad, como escribe el teólogo holandés Luis Berkhof, proviene del “vocablo aseitas (latín) que significa ‘[tener] origen en sí mismo’”. Esta perfección de Dios nos habla de su independencia. Pero va más allá de proclamar su independencia, también nos habla de su Auto Existencia. Cuando afirmamos la Aseidad de Dios estamos diciendo que Dios es, en todo Su Ser, Independiente y Auto Existente.

La Aseidad es uno de los atributos incomunicables de Dios. Incomunicable porque no tiene ninguna analogía con la criatura; también llamados en algunas teologías sistemáticas atributos “no morales”, “naturales” o “absolutos”. Por esta razón, la Aseidad de Dios no puede transferirse, ni existe ninguna analogía como lo hay en su bondad, gracia, amor, etc. La Aseidad es un atributo imposible de imitar. ¿Cómo podríamos imitar la autosuficiencia de Dios? O ¿su Auto Existencia?

La Aseidad de Dios nos habla de Su Independencia y Auto Existencia. Verdaderamente, nos es muy difícil de entender porque nosotros, como seres humanos, somos totalmente lo contrario a Dios en esta perfección. Nosotros somos seres creados. Todo lo que vemos ha sido creado: la luna, las estrellas, el sol, el mar, otros seres vivientes,… todo ha sido creado y depende de un creador. Pero Dios no fue creado porque es Auto Existente, ni depende de nadie porque es verdaderamente Autosuficiente.

Cuando Moisés estaba en el desierto de Madián apacentando los rebaños de Jetro, su suegro, Dios se le aparece en la zarza ardiendo, y luego de llamarlo a liberar a su pueblo Israel de la esclavitud en Egipto, Moisés le pregunta en Éxodo 3:13-14: “He aquí, si voy a los hijos de Israel, y les digo: “El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros,” tal vez me digan: “¿Cuál es su nombre?”, ¿qué les responderé? Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: “YO SOY me ha enviado a vosotros.”” Cuando Jehová se presenta, lo hace por Su nombre. Y el nombre que le da a Moisés es: “YO SOY”, Yahveh. En este pasaje vemos que el mismo nombre de Dios demuestra su Aseidad, su Auto Existencia e Independencia. “ÉL ES”. Herman Bavick escribió sobre el nombre YHWH, Yahveh: “ese era el nombre que describe su esencia por excelencia. Dios es el existente. Toda su identidad está envuelta en el nombre ‘YO SOY’. Todas las demás perfecciones de Dios se derivan de Su Nombre.” Al mismo tiempo, Dios tiene vida en sí mismo. Juan 5:26 dice: “Porque, así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo”. El Padre y el Hijo tienen vida en sí mismos, nadie les da vida, ellos son Auto Existentes y Autosuficientes.

Ahora, prácticamente hablando… ¿Qué significa la Aseidad de Dios? ¿Por qué esta doctrina es de ánimo para el creyente? Me gustaría que veamos tres razones por las cuales esta doctrina es importante para nosotros, y por ende, nos da ánimo.

  1. Dios se ha revelado 

Sí, el Dios del universo, el que es Autosuficiente y Auto Existente, es el mismo Dios que se ha revelado por medio de la creación, primeramente, y por la revelación especial de Su Palabra. Piensa en ello, si Dios no se hubiera revelado no conoceríamos nada de Él. Ese mismo Dios, más alto que todos y sublime, se reveló y nosotros le podemos conocer.

  1. Dios nos permite servirle

Pablo había dicho en Atenas en Hechos 17:24-25: “El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, puesto que es Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos por manos de hombres, ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que Él da a todos vida y aliento y todas las cosas”. Dios es el dueño de todo y no necesita nada de parte nuestra, pero en Su gracia nos llama a adorarle y servirle. Aun con todas nuestras imperfecciones, con todas nuestras fallas, Él se deleita en la adoración y el servicio de Su pueblo. Dios no nos necesita, pero qué bendición es saber que Él quiere que le sirvamos y que lo hagamos de corazón.

  1. Dios nos invita a orar a Él. 

El Dios que es Autoexistente y totalmente Independiente es el mismo Dios que se deleita en nuestras oraciones. La Escritura está repleta de pasajes en los que se nos anima a orar y hacer conocer nuestras peticiones delante del Dios del universo. ¡Qué privilegio! ¿No? Cuando tú y yo oramos, lo hacemos delante de ese Dios; un Dios Auto Existente y verdaderamente Independiente.

El verdadero consuelo que encontramos en esta doctrina está en entender que Dios no es como nosotros. Dios es Dios, tú y yo somos sus criaturas. Y saber que ese Dios se encarnó para vivir como nosotros, para nacer de una mujer y vivir con las limitaciones que tú y yo tenemos. Ese Dios Autoexistente tuvo que nacer. Ese Dios auto suficiente tuvo que depender de Sus padres terrenales… ese Dios Independiente fue arrestado, juzgado y colgado en una cruz para pagar por nuestra maldad. Y, ahora, por Su muerte, resurrección y ascensión podemos ser salvos de nuestro pecado y nuestra culpa.

Gloria a Dios por Su Aseidad. ¡Qué privilegio tenemos en servir y orar al Dios del universo! Que esta verdad sobre Dios nos lleve a adorarle más y más.

Gustavo Pidal

Autor Gustavo Pidal

Fue decano de estudiantes del Seminario Berea durante más de una década. En la actualidad sirve como pastor en la Iglesia Faith Bible Church (California, Estados Unidos)

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