El protocolo real británico anuncia un alumbramiento real emitiendo un comunicado oficial que es exhibido en un caballete a las puertas del Palacio de Buckingham. Lo curioso es que va acompañado del disparo de 62 cañones en la Torre de Londres y otros 41 en Green Park, al lado del palacio de Buckingham. De esta manera, no hay ciudadano en Londres que no conozca la llegada del nuevo bebé real. El nacimiento del bebé más importante de la historia no fue anunciado por 103 cañonazos. Los capítulos 1-3 de Lucas son únicos en el sentido de que ningún otro evangelio narra lo que se ha denominado como “el evangelio de la infancia”. En este artículo quiero que veas como Lucas relata el anuncio del nacimiento del Mesías para que afirmes tu salvación en Cristo Jesús y no en emociones simples. Quizás leas estas líneas en la playa, en la montaña, en un hotel, en una casa rural, a orillas de una piscina o de un río… y es perfecto, porque de esta manera, el “ruido” de la Navidad (compras, regalos, decoraciones, etc.) no te van a distraer al considerar la escena de Belén en pleno verano.

Lucas relata el anuncio celestial del nacimiento de Jesús en 2:8-14. Es un anuncio celestial, por su origen. Este anuncio tiene lugar en Belén. José y María tuvieron que ir a Belén a inscribirse en el censo que ordeno Cesar Augusto, por ser de la familia del rey David. Belén está a menos de 5 km de Jerusalén, de hecho, hoy en día, no hay distancia, porque están pegadas ambas ciudades. Pero lo que destaca del relato de Lucas es, en primer lugar, quiénes son los receptores del anuncio: pastores. En todo el Nuevo Testamento es la única vez que vamos a encontrar pastores de carne y hueso, porque el resto de las ocasiones serán ilustraciones o parábolas.  En el verano, los pastores solían llevar las ovejas al oeste, cerca del Mediterráneo para que aprovecharan los pastos. En invierno podían pasar al otro lado del Jordán. Un pastor era más que la persona que llevaba a las ovejas a pastar y de ahí de vuelta a la cuadra, o las traslada de este a oeste en invierno / verano. El pastor debía cuidarlas de todo tipo de peligros, proveer pastos, agua, dirección. Es decir, un cuidado total y continuado. Sin embargo, ser pastor era cosa de siervos o de los más pequeños del hogar porque no era considerado un trabajo digno.

A estos pastores, UN ángel del Señor (no EL ángel del Señor) se les presentó y la gloria del Señor los rodeó de resplandor (2:9). Es el tercer ángel que aparece tras 400 años de silencio de parte de Dios. Las otras dos ocasiones fueron a individuos (Zacarías, María), y el mismo ángel (Gabriel), pero ahora, es a un grupo de pastores. Pero el ángel les calmó con “buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo” (2:10). Lucas siempre une el evangelio de salvación con el mismo resultado: “gran gozo”. ¿Qué tipo de noticias son? El mismo ángel continúa: “porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor” (2:11). ¿Cuándo? Hoy. ¿Dónde? En la ciudad de David (Belén, 1 Samuel 17 – ver Miqueas 5). ¿Quién? La respuesta es triple. Salvador: Se aplicaba en tiempo de los jueces a estos libertadores, pero en el resto del AT es una referencia a Dios Padre. Dios salva por medio de Jesús. Cristo: se trata del Mesías esperado, el ungido por Dios para llevar a cabo su plan redentor. Señor: implica que es soberano sobre la historia, sobre la creación y sobre la historia de la redención. Y el ángel, en 2:12, explica la señal, repitiendo el mismo patrón que ha sucedido con las apariciones de Gabriel (1:19, 20; 36). Y una vez que el mensaje ha sido anunciado, el cielo, los ángeles, las realidades celestes no pueden contenerse y al ver la gracia de Dios en acción, su plan de redención tomando forma… el cielo estalla en ADORACIÓN (2:13-14).

Los ingleses reaccionan a un nacimiento real con dos salvas por parte de la Tropa Real de la Artillería Montada del rey. El saludo real tradicional consta de 21 cañonazos, a los que se suman otro 20, haciendo un total de 41 desde Green Park. En la Torre de Londres se dispararán 62: los 21 básicos del saludo real, 20 más por ser un castillo real y 21 en nombre de la ciudad de Londres. ¿Quieres adorar a Dios? Solo adoran a Dios aquellos que conocen a Dios íntimamente a través de Cristo y su Palabra. Adorar no es tocar un instrumento, no es cantar, no es llevar el ritmo con el pie, no es levantar las manos. Adorar va más allá de la música, porque es un estilo de vida. Adorar es conocer a Dios a través de su Palabra inspirada, inerrante, perfecta, infalible, autoritativa y caer rendido en obediencia.

Lucas te ha presentado este anuncio celestial, por su origen, pero imperativo para los que habitamos en la tierra, sea diciembre o sea julio, para que afirmes tu salvación en Cristo Jesús y no en emociones navideñas simples. ¿Qué merito tienes cuando el cirujano te opera? ¿Le guías tú, le dices donde debe de meter el bisturí, cómo? ¿Le dices al anestesista la dosis que necesitas, a las enfermeras como deben de cuidarte? ¿Qué mérito tienes en tu salvación? Ninguno. Tú solo pones el pecado. A Dios le corresponde la GLORIA, porque el evangelio es la gracia de Dios en acción. Es el Salvador, Cristo y Señor que viene a los hombres que no tienen salida por sus propios medios. Puedes tener coche, casa, dinero, vacaciones, salud, familia, hijos, puedes ser el dueño del mundo… o no tener coche, ni casa, ni dinero, ni vacaciones, ni salud, ni familia, ni hijos… pero en ambos casos, NECESITAS A CRISTO. Dios Padre ha tomado la iniciativa en tu salvación al enviar a Dios Hijo a morir por sus hijos en la cruz, después de haber vivido una vida perfecta, sin pecado. Solo puedes disfrutar de esta PAZ en Cristo, solo puedes ADORAR si Cristo te ha salvado. Ven a Cristo hoy, no tardes. Aunque tengas todo el mundo, necesitas a Cristo. Aunque no tengas nada, necesitas a Cristo. Y si estás en Cristo, no busques nada fuera de Él. Él es todo lo que necesitas, Él es tu identidad, en Él, y SOLO en Él estás completo. No busques fuera de Cristo. Adora y obedece a Cristo.

Daniel Corral

Autor Daniel Corral

Sirve al Señor en una iglesia en Pontevedra y es profesor en el Seminario Berea (León, España).

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